De Cáceres a Dubrovnik: Parque Nacional de Krka y Sibenik (agosto de 2009)
Posted December 26, 2009 – 4:20 am in: ExtremaduraVan tan solo cuatro días de viaje, y parece que llevamos un mes fuera. Le hemos cogido el tranquillo a los espacios del coche, sabemos en qué hueco va cada maleta y cada bolsa. ¡Aun queda mucho para el final!
Desde Zadar seguimos bordeando la costa, ya sabéis que la idea era llegar al extremo sur y luego volver y subir. Paramos por la tarde en Sibenik, nuestro siguiente objetivo, y nos alojamos muy cerquita ya que en la ciudad los alojamientos baratos estaban a tope.
Todas las fotos propias, excepto las indicadas, de Juanma.
Cena y pimple casero. En Croacia hay unas cosas que se llaman Sobe, no sé si ya lo he dicho. Son casas particulares que tienen una especie de licencia (creo) para poder alquilar sus habitaciones. La cosa la hemos hecho así, más o menos: llegamos a un sitio y…
a) Miramos carteles por las calles.
b) Nos ofrecen alojamiento nada más bajar del coche propietarios estratégicamente colocados.
c) Preguntamos en la oficina de turismo local y nos informan o directamente llaman a los sitios libres.
Después de que ocurra alguna de las tres opciones, Brown Sugar Girl y Crazy Girl (Miss It’s possible to reduce the price…?) regatean, y voilá, tenemos alojamiento a precios razonables.
Siempre me acordaré de aquella casa de Sibenik, de Josco (al menos nosotros lo llamábamos así) y su perro, de la cocina, del balcón donde cenamos… y de las termitas de mi cuarto.
Tras el descanso, por la mañana nos desplazamos cerca de Sibenik, al Parque Nacional de Krka. Para llegar al corazón del Parque desde un pueblecito llamado Skradin, puedes ir dando un paseo o coger un barco. Opción dos. Foto Juanma.
La zona más famosa, la de la cascada grande. Petado en verano como podéis ver. Que los croatas también pasan calor.
Un paseo para meternos un poco entre ríos y árboles. A lo lejos se ve el barco que hemos utilizado antes. No está mal el sitio, pero en verano hay demasiada gente. Yo me lo ahorraría si no pudiera ir en otra época del año.
Aguas transparentes. Foto Juanma.
El lugar desde donde salía la ruta en barco era un pequeño pueblo llamado Skradin. Allí dimos un agradable paseo de vuelta.
Interior de una iglesia cerrada. Skradin quedó situado entre los serbios y croatas, por lo que fue castigado durante la guerra con sus correspondientes muertes y destrozos. Volvemos a casa a prepararnos para la noche.
Después de una ducha rápida, al fin vamos a Sibenik justo cuando atardece. Foto Juanma.
La Katedrala sv. Jakova, Patrimonio de la Humanidad.
La Catedral merece la vista. Construída entre el siglo XV y SXVI, es una mezcla de barroco y renacimiento.
La ciudad es una de las pocas de la Dalmacia fundada por nativos de la zona y no por griegos, romanos o gente así. Nuevamente, calles de piedra y recovecos entre palacios y casas.
Una terraza encajada en una calle y bajo una iglesia. Un sitio genial para tomarse una cerveza (bueno, para esta expedición, cualquier sitio era bueno) y escuchar música en directo (si llegas a tiempo del concierto). Foto Juanma.
El cementerio de Sibenik se alza sobre el casco antiguo y bajo una fortaleza. Puedes pasar y ver caer la noche.
En las calles de varias ciudades croatas hemos visto estos puestos que ponen a la venta pequeñas cajas de música, cada una con un tema clásico o canción pop. Puedes probarlas y llevarte la que te guste. Una chorrada como cualquier otra. Foto Juanma.
Detalle de una escalera.
Una de las puertas de la Catedral, en la plaza Republike Hrvatske.
Crazy Girl se sube a cualquier sitio para obtener una de sus características panorámicas. No son muy “lineales”, pero están curradas, ¡joder! Foto Juanma.
Para que véais que las postales las mandamos en directo desde los sitios que se visitan, y no desde Cáceres con los sellos trucados. Nos acordamos de vosotros siempre, sobre todo si estáis trabajando mientras estamos de vacaciones. Foto Juanma.
Detalles callejeros.
Detalle de una puerta, o ventana, cerrada.
Uno de los miles de gatos que pululan por la vieja ciudad. Además de merecer la pena que muevas tu culo a este sitio, se sigue manteniendo la línea de comida y bebida a precios asequibles. Las kunas están dando mucho juego.
Próximo capítulo: en busca de Marco Polo.